MARIA ARACELI VILLAR

MARIA ARACELI VILLAR
PROFESIONAL DE LA EDUCACIÓN Y ACTIVIDADES SOCIOCOMUNITARIAS

jueves, 21 de marzo de 2013

HOY EL DÍA VA DEDICADO A ..¡¡ NIÑOS/AS CON SINDROME DE DOWN!!

El síndrome de Down es una anomalía en los cromosomas que ocurre en 1,3 de cada 1.000 nacimientos. Por motivos que aún se desconocen, un error en el desarrollo del óvulo fecundado lleva a que se formen 47 cromosomas en lugar de los 46 que se desarrollan habitualmente. El material genético en exceso cambia levemente el desarrollo regular del cuerpo y del cerebro del bebé.
El síndrome de Down es uno de los defectos genéticos de nacimiento más comunes. Afecta a todas las razas, aún no existe cura para el síndrome de Down y tampoco es posible prevenirlo. 

Características de los niños con síndrome de Down

Niños con síndrome de Down
Los niños con síndrome de Down presentan una gran variedad de personalidades, estilos de aprendizaje, niveles de inteligencia, apariencias, sentido del humor. Por otra parte, el síndrome de Down confiere a los niños una apariencia física particular que se caracteriza por ojos almendrados y orejas pequeñas y ligeramente dobladas en la parte superior. Suelen tener la boca y los labios puede ser pequeña, lo que hace que la lengua parezca grande. La nariz también puede ser pequeña y hundida en el entrecejo. Algunos bebés con síndrome de Down tienen el cuello corto y las manos pequeñas con dedos cortos. En general, lon niños con síndrome de Down son niños muy cariñosos y con una inteligencia emocional excepcional.

Problemas de salud de los niños con síndrome de Down

Entre el 30 y el 50 por ciento de los bebés con síndrome de Down tienen defectos cardíacos. Algunas de estas cardiopatías congénitas son de poca importancia y pueden ser tratados con medicamentos, pero hay otras para los que se requiere cirugía. Todos los bebés con síndrome de Down deben ser examinados por un cardiólogo pediátrico, un médico que se especializa en las enfermedades del corazón de los niños, y ser sometidos a un ecocardiograma durante los 2 primeros meses de vida para permitir el tratamiento de cualquier defecto cardíaco que puedan tener.  Entre el 10 y el 12 por ciento de los bebés con síndrome de Down nacen con malformaciones intestinales, que requieren ser corregidas quirúrgicamente.
Más del 50 por ciento de los niños con síndrome de Down nacen alguna deficiencia visual o auditiva. Entre los problemas visuales más comunes se encuentran el estrabismo, la miopía, la hipermetropía y las cataratas. La mayoría de los casos pueden ser tratados con gafas, con cirugía o mediante otros métodos. Se debe consultar a un oftalmólogo pediátrico durante el primer año de vida del niño. Los niños con síndrome de Down pueden tener deficiencias auditivas por causa de la presencia de líquido en el oído medio, de un defecto nervioso o de ambas cosas. Todos los niños con síndrome de Down deben ser sometidos a exámenes de visión y audición de forma regular para permitir el tratamiento y evitar problemas en el desarrollo del habla y de otras destrezas. Los niños con síndrome de Down tienen mayores probabilidades de sufrir problemas de tiroides y leucemia. También tienden a resfriarse mucho y a contraer bronquitis y neumonía. Los niños con síndrome de Down deben recibir cuidados médicos regulares, incluyendo las vacunas de la niñez.

Fuentes consultadas:- Fundació Catalana Síndrome de Down- Fundación Síndrome de Down-Valencia- Asociaciones españolas- Asociaciones internacionales

El síndrome de Down: educación y futuro de los niños

Educación adaptada para niños con síndrome de Down

Todos los niños en general precisan de estímulos para el aprendizaje y para potenciar sus capacidades motrices, cognitivas y emocionales. Los niños con síndrome de Down no son una excepción, pero debido a sus características especiales necesitan un entrenamiento distinto.
La atonía muscular determina diferencias en el desarrollo de la habilidad de caminar, o en la motricidad fina de los niños con síndrome de Down. Pero por otro lado, las capacidades visuales de los niños con síndrome de Down son, en general, superiores a las auditivas, y su capacidad comprensiva es superior a la de expresión, por lo que su lenguaje es escaso y aparece con cierto retraso, aunque compensan sus deficiencias verbales con aptitudes más desarrolladas en lenguaje no verbal como el contacto visual, la sonrisa social o el empleo de señas para hacerse entender.

Educación adaptada para niños con síndrome de Down

El sindrome de Down y la educación de los niños

En general, los niños con síndrome de Down pueden hacer la mayoría de las cosas que cualquier niño pequeño como hablar, caminar, vestirse y aprender a ir al baño. Sin embargo, generalmente aprenden más tarde que otros niños. La inserción de los niños con síndrome de Down en programas especiales, a partir de la edad preescolar, les ayuda a desarrollar  sus destrezas, a beneficiarse de la intervención temprana y la educación especial.
Los programas específicos de atención temprana (durante los primeros seis años de vida) diseñados especialmente para los niños con síndrome de Down pretenden estimular al máximo sus mecanismos adaptativos y de aprendizaje. Así, por ejemplo, para ntentar enseñar a leer a un niño con síndrome de Down no se utilizan los métodos convencionales, sino los métodos gráficos (a partir de tarjetas, o fichas, que asocian imagen y palabra) que tienen en cuenta su mayor capacidad visual y que están consiguiendo excelentes resultados. Además estos programas permiten que la adquisión de estas habilidades se alcancen mucho antes, para continuar con programas educativos que integren al máximo a la persona con síndrome de Down en un entorno laboral en un futuro. Si bien hay programas de trabajo especiales diseñados para adultos con síndrome de Down, mucha gente afectada por este trastorno es capaz de trabajar regularmente. Hoy en día, la cantidad de adultos con síndrome de Down que viven de forma casi independiente, en hogares comunitarios, cuidando de sí mismos, participando en las tareas del hogar, haciendo amistades, tomando parte en las actividades recreativas y trabajando en su comunidad, es cada vez mayor.

¿Las personas con síndrome de Down pueden casarse?

Algunos jóvenes con síndrome de Down se han casado, aunque esto sucede raramente. Si bien se han producido raras excepciones, los hombres con síndrome de Down no pueden engendrar hijos. En cualquier embarazo, una mujer con síndrome de Down tiene el 50 por ciento de probabilidades de concebir un niño con síndrome de Down, pero muchos embarazos con fetos afectados se pierden naturalmente. 

Fuentes consultadas:- Fundació Catalana Síndrome de Down- Fundación Síndrome de Down-Valencia- Asociaciones españolas- Asociaciones internacionales

Cómo estimular a niños con Síndrome de Down

Ventajas de los estímulos en niños con discapacidad

El Síndrome de Down es un conjunto de síntomas y signos que se manifiestan en el desarrollo global de la persona desde su concepción, debido a la trisonomía del cromosoma  21. Es decir, es fruto de una alteración cromosómica, producida en el proceso de fecundación, que da lugar a la presencia de un cromosoma extra del par 21 en todas las células del organismo. 
Esta alteración cromosómica, no tiene ninguna relación con la raza, estado socioeconómico o problemas del medio ambiente, tan sólo un factor de posible riesgo conocido es la edad de la mujer. No obstante, esta variación genética puede comportar regularidades en el desarrollo funcional del niño como: un cierto retraso cognitivo, falta de atención, concentración, memoria, lentitud en el aprendizaje, dificultades en la imitación verbal… Aspectos que varían según la persona y su desarrollo.

Estimular a los niños con Síndrome de Down

Habilidades sociales de un niño con Síndrome de Down

A partir de los primeros años de vida, sí que entra en juego el entorno del menor. Una vez se inicia la evolución del niño hacia su crecimiento integral, se debe reforzar la estimulación del pequeño desde el primer momento. Es decir, es conveniente exponer al pequeño a estímulos que atraigan su atención y su manipulación, como un niño más.
Abordando la dificultad de atención que presentan en algunos casos, la podemos reforzar con el apego que se forja con la persona más cercana al niño. Un apego que puede generar connotaciones positivas y negativas. Las primeras porque facilitan el acceso a estímulos que capten su atención, como por ejemplo el juego compartido entre el niño y el adulto. Con actividades conjuntas, como jugar a la pelota o hacer juegos de construcciones, estamos favoreciendo la manipulación, la coordinación y su atención, factores también extensibles a facilitar posteriormente la realización de actividades de la vida diaria, aspecto donde aparecen dificultades en su aprendizaje.
Pero por otra parte, un excesivo apego puede limitar sus relaciones sociales, en las cuales, por lo general, ya presentan dificultades debido a los factores antes mencionados. Por lo que es favorable aplicar un juego colectivo con niños de su misma edad, con y sin discapacidad; fomentando así un aprendizaje comunitario y colaborativo que mejorará su desarrollo en relación a estas habilidades sociales.

Las necesidades de un niño con Síndrome de Down

Como observamos, el desarrollo de un niño con Síndrome de Down no se aleja tanto de la realidad infantil de un niño sin discapacidad. Tan sólo debemos tener en cuenta que la progresión de sus habilidades, tanto motoras como intelectuales, pueden tener un transcurso más lento de lo conocido como estándar. No obstante, esto no debe de limitar su evolución infantil y social, puesto que es un niño más, con la inocencia de un pequeño descubridor impulsado por la curiosidad innata, la cual genera múltiples destrezas que le pueden llevar a desarrollar una vida autónoma e independiente como cualquier persona.
Tan sólo debemos generar los espacios oportunos e inclusivos, así como una adecuación de los recursos que le faciliten un progreso equivalente a cada etapa del desarrollo pero, a la vez, ajustados a sus necesidades. No debemos olvidar que detrás de una discapacidad siempre reside una persona, dispuesta a luchar por ser uno más y haciendo uso de los derechos humanos que a veces se ven relegados por priorizar la discapacidad ante la persona.

Vanessa Fuentes, psicóloga
Vanessa Fuentes
Psicóloga clínica y social
http://psicovan.hostinazo.com/

 La Escuela
Los niños con Síndrome de Down pueden y deben ir a la escuela, espacio de socialización e integración fundamental. Los hábitos, habilidades y conceptos que ahí aprendan serán herramientas básicas para una vida productiva e independiente.

La relación con otros niños —con y sin discapacidad— les enseñará a compartir, expresarse, respetar y hacerse respetar.

Además de haber enseñado a su niño las habilidades básicas de socialización, descritas arriba, es importantísimo que haya logrado el control de esfínteres para que pueda integrarse a la escuela. Los niños con Síndorme de Down tardan un poco más en aprender a avisar cuando quieren ir al baño, pero siempre lo logran.

Como papás, se tienen varias opciones educativas. Será su niño, y su personalidad, quien les dará la pauta para escoger el sistema educativo que mejor se adapta a sus necesidades y a sus capacidades.

Educación especializada para niños con Síndrome de Down. Son centros donde su hijo convivirá con otros chicos con Síndrome de Down. Por lo general, estas escuelas están muy adaptadas a sus necesidades específicas y cuentan con personal especializado.

Si se deciden por esta opción, se recomienda que busquen actividades extra-escolares para que su hijo juegue con niños sin discapacidad y, así, se fomente su integración social.

Educación especial. Estos centros —públicos o privados— integran en sus aulas a niños con distintos tipos de discapacidad, aunque los grupos se organizan en función de las necesidades de los niños. La recomendación que hicimos arriba aplica también en este caso.

Grupos integrados en escuelas regulares. Cada vez más escuelas —privadas— se abren a este tipo de integración. Pensando que el niño con discapacidad tiene necesidades educativas especiales —que no va a poder cubrir en su totalidad la maestra de grupo— las escuelas optan por abrir un espacio donde estos niños trabajan la parte académica en grupo de apoyo con sus pares y comparten con sus compañeros sin necesidades especiales, las actividades extracurriculares.

Hay que checar que esto ocurra en la escuela en la que piensan inscribir a su hijo porque hay instituciones que cuentan con un grupo de apoyo, pero no integran a nuestros niños en ninguna de las actividades del grupo regular.

Integración al grupo regular. Esta opción se aplica en escuelas públicas y privadas. La idea es que su hijo sea un alumno más en el salón y conviva en las actividades académicas y de recreo con compañeros sin discapacidad.

Los maestros, más sensibilizados y preparados, adaptarán el plan de trabajo de del niño con Síndrome de Down en sus objetivos y contenidos de manera que pueda aprovechar mejor el tiempo en la escuela.

Cabe señalar que cuando el niño es muy pequeño, generalmente compartirá el salón con niños de su misma edad. Más adelante —debido a su discapacidad intelectual— probablemente se desfase. Es importante señalar que este atraso nunca debe ser mayor a dos años ya que los niños reciben el mayor beneficio cuando conviven con sus pares de la misma edad. Si se relacionan con niños mucho más pequeños, su aprendizaje se verá limitado y hasta notaremos regresiones.

Si optan por la integración a un grupo regular se recomienda que fomenten el trabajo en equipo, es decir: la maestra, la terapeuta, los papás y el niño deben sincronizar sus metas y las estrategias para alcanzarlas. Sin el trabajo en equipo es muy difícil que el niño logre aprovechar al máximo su estancia en la escuela.

Todos los niños pueden aprender pero los niños con Síndrome de Down tienen necesidades educativas especiales que hay que atender. Como papás, se deben de acostumbrar a observar y escuchar a al niño para poder detectar lo que requiere.

Tienen que considerar el tipo de apoyo extra-escolar que va a requerir, por las tardes, para reforzar lo aprendido en la escuela e introducir conceptos nuevos. Cada niño es distinto y requerirá apoyos diferentes que pueden incluir: atención psicológica, pedagógica y terapia física, de lenguaje y ocupacional, entre otras.

Procuren que su hijo tenga amigos —dentro o fuera de la escuela— que compartan sus mismos retos. Lo mismo en el salón de clase que en la vida cotidiana, todos aprendemos de los iguales las distintas maneras como puede abordarse un mismo problema. Ver a otro enfrentar un reto desde la misma frontera, bajo las mismas circunstancias, es un aprendizaje muy formativo pues descubrimos que no hay sólo una manera de hacer las cosas.

Los niños con discapacidad deben compartir su vida con chicos con y sin necesidades especiales. Su experiencia de vida será mucho más rica y sus oportunidades para hacer amigos con quienes compartir sus horas de ocio serán mayores.



 http://www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/down.htm
http://www.guiainfantil.com/articulos/salud/sindrome-de-down/el-sindrome-de-down-educacion-y-futuro-de-los-ninos/ 
http://www.guiainfantil.com/articulos/salud/sindrome-de-down/como-estimular-a-ninos-con-sindrome-de-down/ 
 http://ssindromededown.blogspot.com.es/2009/03/la-escuela.html

 

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