Sólo pensar en tener que cargar con bolsas, cuna, juguetes, pañales y
con todo lo que conlleva el cuidado de un bebé, muchos padres llegan a
sentirse desanimados para programar un viaje de vacaciones.
Algunos llegan al punto de preferir quedarse en casa a tener que
preparar todo lo que necesitarían llevar. Si este es vuestro caso,
animaros, salir de viaje con un bebé puede ser una experiencia única, inolvidable y llena de sorpresas.
Un bebé no debe ser un obstáculo para viajar
Mi marido y yo siempre pensamos que viajar es la mejor inversión que
alguien puede hacer en la vida. Por eso, siempre hemos tenido claro que
cuando tuviéramos un hijo, no dejaríamos de disfrutar de los viajes.
Pero cuando vino nuestra hija, todo ha cambiado. No hemos dejado de
viajar, pero hemos tenido que elegir otros destinos, más tranquilos, e ir ajustando nuestras aventuras a las necesidades de nuestro bebé. Cuando se tiene un bebé, un viaje debe estar muy planificado, y sin improvisaciones. La seguridad y la protección del bebé es lo primero. Es necesario elegir un destino que ofrezca las condiciones adecuadas para que el pequeño pueda descansar, alimentarse y entretenerse de alguna forma. Playa o montaña, pero que sea un lugar que no ponga en riesgo la salud y el bienestar del pequeño.
Los detalles del viaje son muy importantes. Debemos poner una especial atención al equipaje de vuestro bebé
y organizar todo lo que vamos a necesitar. Debemos considerar que ellos
necesitarán ropa apropiada y adecuada a la temperatura del lugar que
habéis elegido para ir de vacaciones.
Recordad que los bebés son impredecibles y que necesitarán de ropa
extra ya que pueden ensuciar más ropa de la que podéis imaginar. También
deben incluir gran cantidad de pañales, algún juguete, una cuna de
viaje, cremas, etc. Aparte de la ropa, la alimentación es otro punto
importante. No sólo es recomendable que lleveis leche de la fórmula
indicada a su edad (aunque el bebé se alimente con lactancia materna), sino que también hay que buscar respetar sus horarios de alimentación y de sueño.
Si vais en coche, no olvidéis poner el bebé en el asiento trasero,
orientado hacia atrás, y acompañado de un adulto para que lo vigile. El
bebé jamás debe ir en coche en los brazos de otra persona. En los
brazos, sólo en un avión,
principalmente en el despegue o en el aterrizaje, para que esté más
tranquilo y no sienta las molestias propias de los cambios de presión.
Si el viaje es de largo recorrido, lo mejor es que viajéis en avión
durante la noche. Antes de hacer la reserva del vuelo, advertir a la
compañía que tienen un bebé
y que necesitais de un asiento con más espacio para las piernas. Por lo
demás, si tenéis todo controlado y calculado, no tenéis por qué
preocuparos. Viajar con vuestro bebé será una experiencia única e inolvidable. Ya nos contaréis.
Vilma Medina. Directora de GuiaInfantil.com
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